24 abril, 2013

¿El SAPU suma o resta al modelo de salud familiar?




Para quienes trabajamos en los temas de atención primaria el SAPU es un fenómeno que cada vez acapara mayor atención. Se puede afirmar que es probablemente la modalidad de atención preferida por las personas que trabajan. Prefieren el SAPU porque soluciona su problema puntual, sin necesidad de pedir números en el CESFAM y con tiempos de espera y cercanía al domicilio mejores que el servicio de urgencia del hospital.
Para muchos es la anti atención primaria, sin embargo desde mi punto de vista puede transformarse en un gran aliado del modelo de salud familiar.
Atenderse en el SAPU implica privilegiar la atención en el barrio y no en el hospital; implica dejar registros clínicos en el centro de salud vecino al paciente. De alguna manera ese vecino o vecina está buscando soluciones cerca de su casa y eso puede ser aprovechado para identificar población en riesgo que no está concurriendo al centro de salud. Lo que sucede hoy es que esa oportunidad se desaprovecha, no existe un vínculo entre el SAPU y el centro de salud del día. Es probable que quede alguna consignación en la ficha del paciente pero no exixte un sistema de alarma que le señale al equipo de cabecera que en el SAPU consultó una persona con problemas. Producido ese encadenamiento el SAPU se transforma en una formidable herramienta de pesquisa para enfermedades crónicas o temas de violencia. El desafío es hacer esa asociación.
Adicionalmente el SAPU debe mejorar su capacidad resolutiva dotándose de cuidados de enfermería (camillas de observación); imagenología y laboratorio. Con esos elementos se hará más atractivo lo que represtigiará la atención de salud municipal y las posibilidades de que el centro de salud vaya asumiendo una visión más actualizada de la realidad y de las familias. Con más información el centro podrá mejorar su capacidad de anticipación y con ello el contacto con su comunidad.
Viva el SAPU  
Dr Antonio Infante 

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