La administración de antitérmicos de forma alterna es una práctica ampliamente extendida
entre padres y pediatras.
En muchos casos, su uso se centra más en el descenso de la temperatura por la “fobia” a la fiebre
que en la búsqueda
de una mejoría del confort del paciente.
Los resultados de la presente RS recomiendan no aconsejar el uso combinado de antitérmicos,
dado que no existen
pruebas sobre su eficacia ni datos sobre su seguridad que apoyen su uso.
Además, la función de los antitérmicos es
tratar un síntoma que por sí mismo no causa daño, sino que es un aliado
para el control de la infección5.
En este contexto, cuando se considera necesario su tratamiento, actualmente
es aconsejable tratar la fiebre con
un solo fármaco.
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