04 agosto, 2009

Debemos mejorar nuestros sentidos

Quiero compartir con ustedes esta entrada de Patricia Valladares,Asistente Social del CESFAM EEF que me ha impactado profundamente.Te has acercado alguna vez a él?
De Escritorio


Se llama Patricio y hace casi 4 años que viene diariamente a nuestro Centro de Salud. Dónde vive? En la calle. En un terreno eriazo aledaño al Centro.

Le llamó la atención que me acercara a preguntarle como estaba, a querer saber su nombre, de su vida .Refiere que siempre nos hemos acercado a echarlo del Centro y pedirle que se bañe. No ha habido mayor preocupación por su situación. Le ofrecí orientación previsional, habitacional...pero no quiere cambiar de vida. Si está enfermo, lo atendemos. Tiene familia, pero quiere vivir solo.

Estuvo muy agradecido de la conversación, pero sentí vergüenza de nuestra indiferencia.

¿Cuántas veces pasamos al lado de estas personas en “situación de calle” y no las “vemos”? Resultan al parecer, más bien una molestia. Tal vez nos asustan

¿Quiénes son las personas en “ situación de calle”?

Son las personas que se encuentran en una situación de exclusión social y extrema indigencia, específicamente: carencia de hogar y residencia, y a la vez, la presencia de deterioro o ruptura de los vínculos con personas significativas (familia, amigos) y con redes de apoyo.

¿Por qué la gente llega a vivir en la calle?

No existe un motivo único por el que las personas llegan a estar en esta situación. Al igual que muchas situaciones de indigencia y exclusión, son diversos los factores que inciden en que dichas personas se encuentren en "situación de calle". Dentro de los motivos que comúnmente son señalados por nuestros usuarios, se encuentran:

  • Historias de pobreza crónica
  • Historias de abandono
  • Conflictos familiares
  • Violencia intrafamiliar
  • Cesantía crónica
  • Consumo perjudicial de alcohol y drogas
  • Discapacidad psíquica o mental
Patricia Valladares
Subdirectora CESFAM EEF

3 comentarios:

americacomparini dijo...

Me ha impresionado y conmovido esta historia de vida.Vivo en Agustinas con Mackiver, a la vuelta de mi depto, hay varios Bancos (no quiero publicitarlos), en el más fastuoso y grande, producto de las alanzas con otros,viven 2 parejas, ponen sus colchones , frazadas, sus cajas y sus perros. El otro día , una de ellas, aostada en su cama y apoyada , escuchaba una radio a pilas pequeña y él, algo más joven, hacía crucigramas , "se habían acostado temprano "por el frío"..en la otra entrada otra pareja, acostada y bien tapada.. en Merced con Miraflores una anciana y 3 perros..frente al Municipal, en un costado de una saliente del elegante Club de la Aviación, un hombre solitario tapado con cartones...no hay indiferencia: hay dolor por ellos..compasión y ternura las ejecutivas del banco los conocen, los saludan y le dejana monedas, ."aman su libertad" y sólo piden "1 moneda para un cafecito" "estamos bien aquí señorita" como diciendo pase luego la moneda y esfúmese:¡si supieramos sus historias de vida, entenderíamos que los llevó a esta dura sobrevivencia..me siento impotente: A veces nos angustiamos por pequeñeces ¡y ellos? que no tienen ni siquiera un techo , sonrién, "hechan la talla" y pasan sus manos ennegrecidas para recibir "la moneda" ¡qué triste¡ pienso que esto le puede pasar a muchos : nunca se sabe que situación dolor profundo puede ser el desencadenante, con una historia de vida frágil y de pobreza: cesantía, violencia, drogas, alcohol..desamor e ingratitud familiar, pérdidas irreparables... ( no xagero es cierto: trabajé en un centro de salud mental..entiendo el sufrimiento ajeno y propio)

Marmota dijo...

Tristísimo, la gente tiende a verlos como mero "escenario", como algo que está ahí en la calle y no como gente con nombre e historia detrás. Es una pena que pocos tengan la delicadeza de interesarse por esas personas.

Por suerte están (y aplaudo su trabajo) personas que colaboran en los comedores y en los refugios donde les proporcionan al menos un plato con comida y un techo donde pasar la noche. Hay también lugares donde los capacitan en oficios para que por lo menos tengan con qué defenderse modestamente... el asunto es que muchas veces a los indigentes, por tal o cual razón, no les interesa salir de esa situación.

Tal es el caso de ese señor, según leo. Es una historia cruda la suya pero es lisa y llanamente REALIDAD COTIDIANA.

Gracias por compartirla, doc.

Marmota dijo...

A todo esto me acabo de acordar que una vez leí otra entrada suya parecida que me gustó mucho, donde citaba un extracto de "El médico" de Noah Gordon (preciosa novela, insisto). Creo que la entrada versaba sobre la relación médico-paciente y cómo se ha ido despersonalizando.

El caso de este señor da (así lo creo) bastante para pensar a ese respecto. Se llega al colmo de que le extraña que alguien se interese por él, en lugar de sólo apresurarse en echarlo y mandarlo a bañarse (como si tuviera dónde el pobre).