21 marzo, 2008

Semana Santa y consumo de mariscos crudos


Con motivo de Semana Santa las personas consumen pescados y mariscos en cantidades importantes en estos días.Estoy hoy de turno y siempre para estas fechas las personas olvidan las recomendaciones sanitarias.

El consumo de mariscos crudos puede generar una intoxicación grave por el vibrión parahemolítico que causa deshidrataciones severas y en ocasiones la muerte.

Ojo con la tentación.

Y tú ¿consumirás crudo los mariscos?

10 comentarios:

Daniel. Te invito a visitar http://eldeportero.wordpress.com dijo...

Siempre los consumo cocidos, nunca crudos.
Saludos

Unknown dijo...

es muchisima tentacion no probar un deliciosos plata de mariscos pikaditos.. con cebolla y aliño.. de me hace agua la boca :P ajaja

pero no.. me aguantare.. no kiero sufrir de idas permanentes al baño jajaja

clau dijo...

hoy asisti al servicio sapu de Pac, hace tiempo que no lo hacia y me sorprendi al ver un poco mas renovado el sapu, con cortinas mas alegres y pintura que alegraba mas el sapu... la verdad es un gran avance y una vez mas Doc lo felicito por su blog.... siempre es bueno verlo....
Y gracias por atenderme el dia de hoy Doc... me dio un poco de verguenza saludarlo y felicitarlo por su blog tan infrmativo cuando lo vi... en fin cosas que pasan
saludos!!!

Claudia Meulen

Anónimo dijo...

Paso...no me gustan los mariscos, jamás los he consumido. Me ahorro el problema de la marea roja y del vibrión parahemolítico.

Igual hay quienes me cuentan que los mariscos crudos son deliciosos...pero no hay que tentar demasiado al destino. Saludos cordiales.

P.D.: No he sabido de Erika en meses...¿cómo está ella?

Verónica dijo...

Adoro los mariscos. Esta Semana Santa sólo comí mariscos cocidos, pero si fuera por mí, me los como crudos y con harto limón :p


Saludos, Doc.

Claudia Corazón Feliz dijo...

Soy vegetariana, asi que paso.

Saludos doc.

Romina Leticia Millán F. dijo...

Yo como mariscos cocidos pero fríos, porque calientes me dan ganas de pegar la pestaña.
Pero hablando de Semana Santa, me eduqué en colegio católico pobre, muy pobre, donde haciamos todo tipo de campañas para juntar, alimentos, jabón, ropa, etc y donde nuestro super profesor nos dijo que era el colmo de lo anticristiano comer mariscos en Semana Santa, que era un tiempo de recogimiento y austeridad y los mariscos en esa época son ultra caros, un lujo, que Jesús, mal vestido, medio patipelado, hijo de carpintero, si viviera hoy, no tendría dinero para comerse un mariscal en Semana Santa. La idea es no comer carne, para no derramar sangre, la sangre del animal que te vas a comer y porque se supone que la carne se come en celebraciones y para la Semana Santa no hay nada que celebrar, Jesús muere como un delincuente, es por eso que en estos días el menú de nuestra casa lleva todo tipo de comidas sin carne, el jueves comimos porotos con riendas sin longaniza, el viernes tortilla de zanahoria con arroz y ensaladas, el sabado crema de verduras y fideos con salsa sin carne y el domingo la respectiva cazuela de pollo (el domingo ya se puede comer cadaver), seguimos la tradición, pero no caemos en la "fiebre del loco"

escorpiona dijo...

Todo cocido siempre Doc, no me gustan mucho los mariscos crudos, aunque un ceviche de vez en cuando eso sí...

Saludos

Chau

ALEJANDRO MUÑOZ ESCUDERO dijo...

Jamás en mi vida he entendido esa fiebre de repletar los mercados en Semana Santa para comprar pescados y mariscos.

El concepto está absolutamente distorsionado.

La creencia popular sostiene majaderamente que en Semana Santa (para muchos el "Viernes Santo") no se deben consumir "carnes rojas" y lo que realmente se nos pide a los cristianos en esas fechas es : Reflexión, Recogimiento y Ayuno.

Lo de los mariscos crudos está mas que claro y el que no lo quiere entender ... (me reservo el calificativo).

Un abrazo José Luis y que Dios te bendiga.

Tu amigo,

Alejandro

Fernando dijo...

Evité comer bastante tiempo, hasta pasé la semana santa.
Pero hoy mi Carolina me tenía preparado un mariscal de los que tanto me gustan.
Estaba hecho con mucho cariño y en sus ojitos esperaba mi reacción de alegría por la sorpresa.
No fui capaz de decirle de la marea roja ni nada, aparte que ya habiamos hablado de eso, simplemente lo olvidó y lo comimos.
Espero no tener que lamentarlo.